¿Por qué a Jesús se le llama Cristo Rey? - ¿Cuál es su significado?
El significado de "Cristo Rey"
El título de "Cristo Rey" se refiere a la combinación de dos importantes títulos que se le atribuyen a Jesús: "Cristo" y "Rey". Cada uno de estos términos tiene un significado profundo que resalta la autoridad y el propósito de Jesús en el plan de salvación.
Significado de "Cristo"
La palabra "Cristo" proviene del griego "Christos" y su equivalente en el hebreo es "Mašîaḥ", que significa "ungido". En la antigüedad, los reyes, sacerdotes y profetas eran ungidos con aceite como símbolo de la elección y la consagración divina para cumplir un propósito especial.
En el contexto cristiano, "Cristo" se refiere a Jesús como el Mesías prometido en las Escrituras del Antiguo Testamento. Jesús fue ungido con el Espíritu Santo en su bautismo y fue presentado como el Enviado de Dios para traer la salvación a la humanidad. Su unción divina implica que él está equipado y empoderado por Dios para cumplir su misión.
Significado de "Rey"
El título de "Rey" denota la soberanía y el gobierno supremo sobre un territorio o un pueblo. Jesús es reconocido como el Rey en el sentido espiritual y divino. Aunque su reino no es de este mundo, su autoridad trasciende cualquier reino terrenal y abarca todo el universo.
Como Rey, Jesús tiene el poder de ejercer su gobierno en los corazones y las vidas de aquellos que le siguen y le reconocen como Señor. Su reino se basa en el amor, la justicia y la verdad, y su gobierno es ejercido con misericordia y gracia. Como Rey de reyes y Señor de señores, Jesús tiene el dominio sobre todas las cosas y su voluntad se cumple en el cielo y en la tierra.
En conclusión
Llamar a Jesús "Cristo Rey" es reconocer y afirmar su poder divino, su autoridad sobre todas las cosas y su papel como el Mesías esperado. El título de "Cristo" representa su unción y envío por parte de Dios, mientras que el título de "Rey" simboliza su soberanía y gobierno supremo.
Al llamar a Jesús "Cristo Rey", nos estamos acercando a su naturaleza divina y nos recordamos a nosotros mismos y a los demás que él tiene el poder y el control sobre toda la creación. Nos invita a someternos a su gobierno y seguirle como nuestro Rey y Salvador.
Así que, reconozcamos a Jesús como nuestro Cristo Rey y permitamos que su guía y su voluntad sean la autoridad suprema en nuestras vidas.
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